"Hijo mio, el dinero no cae del cielo"

Hijo mio, el dinero no cae del cielo

Esta es la frase que quizá ahora escuchen habitualmente en esta época de crisis los 3 millones de niños españoles de 6 a 12 años, y que quizá antes no escuchaban tan frecuentemente.

La crisis abre la oportunidad de cambiar el patrón de educación: el consumismo desenfrenado termina, el deseo y el esfuerzo vuelven a tener valor y la satisfacción deberá ser menos material, es el momento, surgida de la necesidad de los padrés de dar lecciones a sus hijos.

Según Leopoldo Abadía, es el momento de cambiar el patrón de consumismo infinito que ha marcado a las últimas generaciones de adolescentes de clase media y alta, «Les enseñaremos a vivir, a estirar el brazo menos que la manga. Habrá menos regalos, pero más fantasía»

Las claves de estas lecciones que se viven en cada uno de los hogares españoles diariamente son las siguientes:

  • La crisis está viendo nacer una nueva generación de menores más conscientes del valor de las cosas y en los que el deseo vuelva a tener un papel
  • La satisfacción se vuelva menos material, es decir, hay que erradicar el «yo soy más porque tengo esta marca».
  • Vivir con menos. Ésa parece ser la lección que deben aprender los escolares de clase acomodada y todos los demás. «La necesidad nos obliga a ser sobrios, aunque hay padres que todavía son inconscientes y no abren los ojos de los niños para que realmente vean lo que cuestan las cosas
  • Los padres pueden aprovechar la crisis para educar a sus hijos, y los adolescentes pueden aprender a vivir como siempre. No es obligatorio tener un MP3
  • ¿Qué hay que contarle al niño? Todo el rollo que yo cuento no se lo contaría, aunque sí le diría que tenemos que plantearnos gastar menos; que es un momento en que las cosas en todo el mundo van peor, que en todos los países hay menos dinero que antes
  • La crisis económica ha llegado a las aulas de las escuelas, a la ESO y hasta el parvulario. Los niños sienten la crisis, la dibujan, la escriben y la sufren. Si el tema no sale en casa, lo ven en la televisión o lo escuchan en el patio del colegio; pero la mayoría vive la crisis en el hogar.
  • Hay que contarles la verdad, pero también intentar que el clima en casa no resulte irrespirable. Muchas veces no pensamos que el niño forma parte del núcleo familiar. Los adultos, en ocasiones inconscientemente, les dejamos a un lado.
  • Con una tasa del paro del 13,91%, muchos niños ven que algún familiar está desempleado, que su padre o su madre se han quedado sin trabajo, o los dos. Todos los niños han oído que hay que apretarse el cinturón.
  • Estamos en una sociedad con muy poca tolerancia a la frustración y los adolescentes son el vivo ejemplo. Muchos de estos chavales, ante la frustración de no tener lo que podían tener antes, les puede llevar a comportamientos anómalos

Fuente > El País

Javier Navarro

Javier Navarro

Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y diplomado en Empresariales. Dedicado desde hace 15 años a asesorar a emprendedores en la creación de sus empresas, elaborar estudios de viabilidad, modelos de negocio y consultoría estratégica empresarial.

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