La crisis está marcando las pautas de las nuevas tendencias tecnológicas. Con las TIC como aliado, podemos ahorrar en costes en un momento duro para las empresas, especialmente para aquellas que están en su primer año de vida coincidiendo con este 2009. La crisis da más importancia a Internet, al Cloud Computing y a la movilidad. También al ahorro energético y a una una mayor presencia de la tecnología en la política y una mayor importancia de la educación tecnológica. La externalización tiene los días contados. Tras el salto, las pautas que da un grupo de profesores del Instituto de Empresa para los próximos 12 meses.
Cinco Días las recoge y a modo resumen, tendríamos:
Más internet y más e-commerce
Los consumidores miran a sus bolsillos con más cuidado en época de vacas flacas, por la facilidad que da Internet para comparar ofertas -unido a la conveniencia de hacerlo desde casa- y por el abaratamiento del ancho de banda.
Migrar a la nube
Las empresas van a seguir migrando hacia Internet, o hacia la nube, cada vez más servicios y aplicaciones que hoy por hoy gestionan internamente, tales como el e-mail o las herramientas ofimáticas. Y ello vendrá propulsado no sólo porque sus propios usuarios (empleados) se lo están solicitando, ya acostumbrados a utilizar a nivel personal este tipo de servicios con mejor accesibilidad y de uso más fácil, sino por el interés en el ahorro de costes debido al impacto de la crisis.
Iniciativas verdes
Ligado al apartado anterior, también se desarrollarán iniciativas relacionadas con el Green IT, debido no tanto a una conciencia ecológica como al fuerte ahorro en costes energéticos que puede llegar a obtenerse.
Más movilidad
La movilidad, que ya inició su despegue fuerte durante el año 2008, se extenderá como paso a hacer muchas de las cosas que se hacían ahora delante de un ordenador, desde virtualmente cualquier sitio.
Netbooks por doquier
Entendidos no como portátiles pequeñitos sino como ordenadores que trabajan sobre conexiones permanentes a la red, pasan a superar en ventas a los ordenadores portátiles convencionales, impulsados por consideraciones de precio y por su vinculación a contratos de telefonía con tarifas planas.
Foto|Evert-jan van s
