El próximo 1 de enero dejarán de estar en vigor los conocidos como contratos de alquiler de renta antigua de los que disfrutan algunos locales comerciales, caracterizados por ser alquileres muy bajos, habitualmente inferiores a los precios de mercado y de duración bastante amplia.
«Los negocios afectados tendrán que renegociar sus contratos de alquiler lo que tendrá repercusiones directas en su estructura de costes»
El fin de la moratoria de esta Ley de Arrendamientos Urbanos afectará según las estimaciones más bajas, las de UPTA, como mínimo a 60.000 autónomos y aproximadamente a 100.000 empleados contratados por dichos autónomos.
Y es que, según los expertos, es bastante complicado evaluar el impacto del fin de las rentas antiguas en los locales comerciales, ya que según la Confederación General de las Pequeñas y Medianas Empresas del Estado Español (Copyme), esta medida afectaría a 192.337 empresas, ya que son aquellas empresas con al menos 20 años que no han comprado el local comercial donde desarrollan su actividad.
Aún así, cabe desatacar que no todos los empresarios están en contra de que finalice estas rentas antiguas, ya que hay una corriente que afirma que estos comercios, llevan años beneficiándose de esta ventaja competitiva, incluso respecto al local de al lado en la misma calle, hecho que podía generar hasta situaciones de competencia desleal.
Pero, ¿Cuando nace el problema de las rentas antiguas?
Y es que par entender esto, hay que retrotraerse al 24 de diciembre de 1964, el día en que fue aprobada la Ley de Arrendamientos Urbanos,donde se fijaban los criterios de arrendamiento no solo de las viviendas, sino también de los distintos tipos de locales de uso comercial.
Después, 30 años más tarde, en 1994, en un momento delicado para los pequeños negocios de nuestro país, quizá como el actual, se cambió la ley y se introdujo una moratoria de 20 años para todos los alquileres de locales comerciales firmados antes del 9 de mayo de 1985; a partir de ese momento se empezó a popularizar la renta antigua que se mantenía inamovible por debajo de mercado.
Esta moratoria de 20 años tenía un final y ha llegado, el próximo 31 de diciembre de 2014, que será cuando el concepto de renta antigua acabará para aquellos locales comerciales con un contrato de alquiler adaptado a la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1964 o a la moratoria de 1994.
A partir del próximo 1 de enero, por tanto, los locales comerciales afectados por el fin de esta ley tendrán que renegociar sus contratos de arrendamiento con un precio previsiblemente ajustado a las condiciones actuales de mercado, y con repercusiones directas en su estructura de costes.
Foto | Lanpernas Dospuntozero