El FMI advirtió de que la emisión sin precedentes de deuda soberana -que la Reserva Federal, por ejemplo, compra para inyectar liquidez- podría elevar las tasas de interés a largo plazo, al hacer dudar a los mercados de su sostenibilidad.
Ese aumento, que encarecería desde hipotecas hasta créditos al consumo y los intereses de las tarjetas de crédito, ahogaría una recuperación incipiente. Por ello, el Fondo pidió a los gobiernos un plan «creíble» de cómo volverán a la cordura presupuestaria a medio plazo.
El organismo llega a hablar de la posibilidad de «una segunda crisis», si se retiran prematuramente los planes de estímulo o si se retiran demasiado tarde y el temor a la inflación vuelve a los inversores.