Es cierto que uno de los riesgos fiscales más relevantes es la utilización de facturas irregulares. El contribuyente que recibe las facturas puede practicarse la deducción de las cuotas soportadas mientras el que las emite desaparece sin presentar las autoliquidaciones. Hacienda ha notado especialmente este comportamiento cuando el emisor de la factura calcula sus rendimientos de forma independiente respecto de su volumen de facturación (régimen de Estimación Objetiva) y, por ello, la emisión de las facturas no tiene ninguna repercusión inmediata en las autoliquidaciones que pueda realizar en el IRPF o en IVA. Aunque la responsabilidad de la irregularidad reside en el emisor de la factura, Hacienda buscará nuevos métodos de investigación y control para detectar y corregir estas conductas.
Esta actuación está incluida dentro de la Actualización del Plan de Prevención del Fraude Fiscal del que ya dábamos cuenta al hablar de las investigaciones del fisco de todas las operaciones en efectivo que superen los 3.000 euros.
Hacienda, además, se ha dado cuenta de la importancia de las TIC en su trabajo y advierte que «el objetivo fundamental del sistema de gestión del conocimiento, y de las herramientas informáticas asociadas, es garantizar unos elevados estándares de calidad de las actuaciones mediante el máximo aprovechamiento de las posibilidades que permiten las nuevas tecnologías«.
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