Basada en una muestra de 3.000 empresas de entre 10 y 250 empleados, que forma parte de un proyecto conjunto a nivel europeo, la encuesta concluye que el 60% de las mismas considera que la disposición de los bancos a facilitar la financiación ha empeorado desde 2007.
Durante los tres últimos años, el porcentaje de pymes que ha necesitado financiación a través de préstamos se ha mantenido estable en el entorno del 38%, pero lo que ha cambiado de forma drástica es el nivel de éxito en su petición. Así, el 25,2% fracasó en el intento, frente a solo un 10% tres años atrás.
Según el INE, las principales razones alegadas por los bancos para denegar el crédito son la insuficiencia de garantías o avales, la existencia de demasiados préstamos en vigor, o la baja calificación de la solvencia financiera. En definitiva, el cáncer que carcome a la economía en los ciclos bajos: la falta de confianza.
Las dificultades no terminan ahí: otra cuarta parte de la pymes logró satisfacer solo parcialmente sus necesidades de financiación el año pasado, al no conseguir la totalidad del importe o las condiciones deseadas. Solo una de cada dos pymes afirma haber logrado financiarse como pensaba, cuando en 2007 lo conseguían ocho de cada diez.
La encuesta del INE coincide en sus resultados con la que elabora el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, que incluso revela un deterioro del acceso a la financiación en el primer trimestre de este año.
«Una de cada cuatro considera que su crecimiento futuro se verá afectado por una insuficiente financiación», indica el INE, que subraya que la principal finalidad de ésta es la continuidad de su negocio. Eso significa, en todo caso, que el crédito demandado no tiene como objetivo la inversión productiva o la creación de empleo.
Por tipos de prestatarios, un 96,8% de las empresas que buscaron financiación mediante préstamos acudieron a los bancos, el 21,6% solicitaron préstamos a propietarios y directivos de la propia empresa y un 12,4% a otras firmas.
Fuentes > Cinco Días
