(…) a la hora de la verdad, los Gobiernos siempre terminan rescatando a las instituciones financieras clave durante una crisis. Y de forma más general, depender de la magia del mercado para mantener los bancos a salvo siempre ha sido un camino hacia el desastre. Hasta Adam Smith lo sabía: puede que haya sido el padre de la economía de libre mercado, pero sostenía que la regulación bancaria era tan necesaria como los protocolos antiincendios en los edificios urbanos, y defendía una prohibición de los préstamos de alto riesgo y alto interés, la versión del siglo XVIII de las hipotecas subprime. Y la lección se ha visto confirmada una y otra vez, desde el pánico de 1873 hasta la Islandia actual.
Reflexiones de Paul Krugman, profesor de Economía en Princeton y premio Nobel de Economía 2008, en El País, a cuenta de la necesidad de mayor protección para los consumidores ante productos bancarios de riesgo y si ésta debe ser llevada por un organismo independiente.