En un contexto de crisis como el actual la tentación de emprendedores y empresarios es la de reducir gastos en todas sus partidas, incluida las destinadas a formación; pero antes de hacer esto, habría que pararse a pensar en su estrategia empresarial, seguro que después de un momento de reflexión, llegarían a dos conclusiones claras:
- la primera, la formación es un elemento estratégico y debe ser utilizada como herramienta para mejorar la gestión de la empresa y su competitividad.
- y la segunda, la formación debes considerarla como inversión y no como un gasto.
Con esto, existen muchos aspectos claves que podemos tener en cuenta sobre la formación en la empresa:
Calidad de la formación
Actualmente existen muchas empresas que ofrecen formación, pero debes preocuparte por la calidad y que ésta se adapte a las necesidades de tu organización, por tanto, se debe acudir a empresas especializadas en formación como, por ejemplo, Tea-Cegos.
La formación no es un gasto
Es una idea que hay que desterrar y es que la formación no es un gasto. No es un agugero negro ni un roto en nuestras cuentas, debe ser equiparable a la adquisición de cualquier otro activo de nuestra empresa, y para todo la tendremos que tratar como tal.
Por tanto, como en cualquier otra inversión hay que analizar cuanto dinero vamos a invertir, esta es la parte más fácil y que tiene más presente el empresario, pero a partir de ahí, analizar la tasa de retorno del mismo a través de cuantificar las mejoras estimadas en los procesos, en incremento de ventas, etc.
La importancia de las personas
Muchos de los modelos de negocio actuales están centrados o tienen como actor principal, en todos o algunos de sus procesos clave, a sus recursos humanos y «lo que llevan dentro», su conocimiento, por tanto la formación es un elemento indispensable para generar ventajas competitivas.
Si, por otro lado, echamos la vista al exterior de la empresa, a nuestros clientes, la inversión en formación, al final también repercute en el mismo, a través de mayores grados de satisfacción y en la mejora de su atención, lo que repercute finalmente en la cuenta de resultados de la empresa.
La formación y la productividad
La formación aumenta la productividad de los empleados, esto claro, a través del mejor desempeño de sus funciones, la mejor eficiencia en el uso de los recursos de la empresa, la realización de tareas en menos tiempo y con menos fallos, reducción de accidentes laborales, ect.
La fundación tripartita
Puede ser una de las claves ante la limitación de los recursos económicos de tu empresa, y es que según el último balance de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo, órgano que gestiona los planes de formación continua de las empresas, en 2011 las empresas solo dispusieron del 73% del crédito tienen para financiar la formación de sus trabajadores con cargo a las bonificaciones de las cuotas que pagan a la Seguridad Social por este concepto. En concreto, las cifras oficiales calculan que las compañías disponían de un crédito total de 763,77 millones de euros para la formación continua de sus empleados y solo gastaron 561 millones de euros, con lo que el 27,3% de este presupuesto se quedó sin gastar.