Sin embargo, así son las cosas. El euro sube, el dólar baja y cada vez hay más extranjeros visitando Estados Unidos. Y Claude Taylor, fotógrafo, de 44 años, ha decidido que no va a cambiar dinero cada vez que viaje a Europa a hacer fotos que luego venderá en su tienda Claude Taylor Photography Gallery (Galería fotográfica Claude Taylor), en cuyo escaparate hace tres meses que colgó su cartel explicando que se puede pagar en euros. Taylor acepta pagos en euros y se ahorra pasar por la ventanilla del banco.
«Mis clientes son estadounidenses y europeos que llegan a Washington y que se encuentran con 20 o 30 euros en el bolsillo que no han cambiado. Ven el cartel a la entrada y deciden hacer una compra. Si no aceptara euros, no entrarían», explica, mientras saca de su cartera la recaudación en divisa extranjera de los últimos días: 130 euros. O sea, 200 dólares.
«Normalmente, cada semana entran un par de personas que pagan en euros, así que suelo sacar entre 50 y 80 euros de lunes a sábado», recalca. Unos euros que Taylor espera gastarse este verano en París, para hacer fotos que luego poner a la venta en su establecimiento. Así que el negocio va redondo. Como explica Taylor, «por ahora no me arrepiento en absoluto de lo que he hecho. El día que deje de ganar dinero con los euros, no los aceptaré más».
El de Taylor no es un caso aislado. Las tiendas y los restaurantes de Estados Unidos se están abriendo al euro. Es una tendencia que ha empezado en los últimos meses y que por ahora se circunscribe básicamente a locales de gama media y alta.
El ejemplo de esa situación es la zona en la que está la tienda de Taylor: el barrio de Dupont Circle. O sea, la meca de los yuppies y también de los gays de Washington, tal vez el barrio con la mayor concentración del mundo de funcionarios de organismos multilaterales como el Banco Mundial -bien viajados, bien educados y con tiempo libre-.
A 500 kilómetros al noreste de Washington, en los Hamptons, la zona a la que los millonarios neoyorquinos se van de fin de semana y donde llegan cada vez más turistas, están floreciendo los restaurantes que aceptan la divisa europea. Sybille Van Kempen, propietaria del hotel rural Bridgehampton Inn y de cuatro restaurantes en los Hamptons, explicaba hace unos días a ‘The New York Post’ que aceptar la divisa europea «es algo que cae por su propio peso. Todavía no ha empezado la temporada alta y ya tenemos a gente pagando en euros».
Fuente > El Mundo