Las empresas europeas lo tienen claro. Si queremos un sistema fiscal más eficiente y competitivo es imprescindible, primero, hacerlo más simple y claro y, segundo, garantizar su estabilidad en el tiempo. Así lo asegura el 73% de las compañías europeas que señalan estos ámbitos como las principales áreas de mejora de las administraciones tributarias en la UE, según el Informe Paying Taxes, elaborado por PwC y que analiza el impacto de los sistemas fiscales en 183 países desde el punto de vista de las empresas
Una empresa tipo en el mundo dedica -de media al año- 282 horas a cumplir con Hacienda -71 horas en el pago de impuestos que gravan directamente sus ingresos, 102 horas en aquellos en materia laboral y 109 en el pago del IVA-. Sin embargo, este tiempo se incrementa un 39% de media en aquellos países con sistemas fiscales más complejos, como los de la UE. Por ejemplo, en aquellos estados con estructuras fiscales más descentralizadas y donde los impuestos se gestionan a varios niveles -nacional, regional y local- el tiempo que dedican las compañías a pagar a Hacienda puede aumentar entre un 27% y un 48%, en función del número de administraciones implicadas sean dos o tres. De los 183 países que contempla el informe, el 27% tiene la gestión de los impuestos totalmente centralizada, en el 36% intervienen dos administraciones y en un 23% tres.
En materia de IVA, el esfuerzo de las empresas para cumplir con sus obligaciones varía también considerablemente en función de distintos factores. Los países con administraciones tributarias que exigen liquidaciones de IVA mensuales dedican un 54% más de tiempo y hasta un 70% más aquellos estados en los que se exigen documentarlas con los recibos correspondientes. En este sentido, la existencia de sistemas electrónicos puede reducir el esfuerzo de las empresas hasta en un 30%.
El estudio también pone de relevancia la necesidad de que sea una misma autoridad fiscal la que administre los diferentes tipos de impuestos que pagan las empresas. Una situación que no se produce en la mayoría de los 183 estados analizados: el 67% tiene dos autoridades fiscales, según se trate de la gestión de las contribuciones a la seguridad social o del resto de impuestos que afectan a las empresas.
Inspecciones fiscales
Otro de los ámbitos de mejora que señalan mayoritariamente las compañías, ya no solo europeas sino de todo el mundo, se centra en la gestión de las inspecciones fiscales y de los conflictos con las administraciones tributarias. No en vano, un 69% de las empresas europeas -61% a nivel global-, califican como difíciles o muy difíciles las relaciones con las autoridades fiscales en esos momentos. Según el estudio, una abrumadora mayoría de países (84%) dispone de cuerpos independientes ante los que recurrir las decisiones de las autoridades fiscales. Sin embargo, el 63% de las compañías considera que estos procesos de apelación son ineficientes o muy ineficientes.
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