Los emprendedores y su Ley: Mal de muchos consuelo de tontos

tormentaHan pasado un par de días y está claro que la Ley de Emprendedores se ha quedado corta. Desde Emprendemania.com, hemos podido leer muchas reacciones, otras positivas y otras no tanto, pero el poso general que nos queda es el de que es una Ley superficial, llena de obviedades, que va a empujar a gente a emprender en estado de inconsciencia y que en la práctica no va a resolver los verdaderos problemas que tenemos los emprendedores.

Entre las reacciones, hay una que resume perfectamente esta Ley de Emprendedores. Se trata del un artículo de opinión de Fernando Onega donde se describe perfectamente lo que sucede con esta nueva normativa, primero la describe de la siguiente manera:

Poca tributación fiscal, con un detalle que el Gobierno se preocupa de señalarme: si nada gano, nada pago, lo cual será un triunfo de la obviedad en el Boletín Oficial del Estado. Si fracaso, no tendré que responder con mi vivienda habitual. En 24 horas puedo hacer todo el papeleo, y hay una tarifa plana de 50 euros en las cotizaciones a la Seguridad Social. La lectura del papelín recuerda a los vendedores que andan por los mercadillos con mercancías del «barato, barato».

Para despuás al intentar ver su aplicación, concluye

Hice la primera consulta al banco para que me financie el proyecto que todavía no tengo, y me dijo que sí, pero que tengo que avalar mi idea empresarial con algún valor contante, y no me vale mi mujer: tiene que ser precisamente mi vivienda. En cuanto a la tarifa plana, resulta que es para menores de 30 años y, como yo duplico esa edad, no sé si he perdido ya ese derecho o lo tendré también duplicado. Estos dos detalles me desencantan un poco, pero no me voy a rendir: si en 48 horas puedo crear una empresa, ¿cómo me voy a negar? A saber los cientos de millones que perdió Amancio Ortega por los plazos de tramitación, pobriño, de ventanilla en ventanilla y un capital en pólizas. A mí no me pasará eso.

Para después repasar como está el panorama general

No es ninguna tontería. En el fondo, lo que busca esta Ley de Apoyo al Emprendedor es que cada cual se las arregle como pueda; que el parado, en vez de buscar trabajo, promueva el autoempleo; que la nación se pueble de pequeños promotores, porque el autónomo y las pymes son los únicos que crean trabajo en España, y que en vez de fábricas hagamos talleres de reparación. Esa es la opción, aunque hay que reconocer que con muy buena voluntad oficial. Lo que nadie acaba de diseñar es el modelo de país. O quizá sí: en el ámbito empresarial, el país de Liliput.

Se trata de un buen resumen sin duda

Foto > Chaval Brasil

Javier Navarro

Javier Navarro

Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y diplomado en Empresariales. Dedicado desde hace 15 años a asesorar a emprendedores en la creación de sus empresas, elaborar estudios de viabilidad, modelos de negocio y consultoría estratégica empresarial.

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