Visa Europa ha propuesto a la Comisión Europea una reducción de entre un 40% y un 60% de las comisiones interbancarias que aplica a los pagos realizados con tarjetas de crédito para evitar ser multada.
En concreto, Visa se ha comprometido a bajar las tasas al 0,3% del valor de una transacción y a modificar sus normas para facilitar la competencia transfronteriza durante los próximos cuatro años.
La oferta ha sido recibida con buenos ojos por Bruselas. Las dos propuestas de Visa se producen después de que la Comisión Europea enviara en julio de 2012 a la multinacional financiera un pliego de cargos adicional después de haber dado un primer aviso ya en abril de 2009.
Éste es un paso formal en las investigaciones antimonopolio de Bruselas, aunque no implica la culpabilidad de las compañías a las que se dirige.
La Comisión Europea consideró que las comisiones de esa empresa restringían la competencia y que la compañía no había podido convencerle de que éstas suponen beneficios para los consumidores, lo que podría permitir la aplicación de estas cargas como excepción a las normas de competencia.
Tarjetas de débito
Bruselas ya hizo legalmente vinculante en diciembre de 2010 el compromiso de la firma de limitar al 0,2% las comisiones que aplica a las tarjetas de débito.
Ahora abrirá ahora un periodo de consulta sobre las propuestas de Visa mediante una prueba de mercado y entonces decidirá si acepta los compromisos ofrecidos como legalmente vinculantes.
«Son excelentes noticias que Visa haya decidido someter estas propuestas de compromiso en respuesta a nuestras objeciones», señaló el vicepresidente comunitario y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, en un comunicado.
«Dada la importancia de los pagos por tarjeta para los consumidores y negocios europeos en el mercado único, poner fin a restricciones a la competencia en arreglos interbancarios es una prioridad clave«, agregó.
Los consumidores y negocios europeos realizan más del 40% de sus pagos al año mediante tarjetas. A Bruselas le preocupaba sobre todo las normas de Visa para adquisiciones transfronterizas en el sistema de la empresa, que limita la posibilidad del comerciante de beneficiarse de mejores condiciones ofrecidas por bancos establecidos en otros lugares en el mercado interno.
Otra preocupación de Bruselas eran las llamadas «comisiones multilaterales de intercambio» (CMI) que se cobran a todas las transacciones transfronterizas realizadas mediante tarjetas de crédito.
La CMI es una comisión interbancaria que fijan de manera colectiva los bancos miembros de Visa Europa para todos los pagos por tarjeta y que, en última instancia, pagan los consumidores.
Fuente > El Mundo