¿Qué explica la caída del precio del petróleo?: La especulación

Para entender las subidas y bajadas del precio del petróleo, algo muy de actualidad, no hay mejor forma que leer un interesante artículo de Miguel Sebastián, Ministro de Industria, Turismo y Comercios, publicado en Público:
En las tres últimas semanas hemos asistido a una caída muy importante de los precios del crudo. En concreto, el precio ha pasado de los 144 dólares con los que se inició la sesión el pasado 14 de julio, a los poco más de 117 con los que se cerró la sesión del pasado 5 de agosto. Es decir, una caída de cerca del 20%.

La pregunta que surge es ¿qué ha pasado en estas últimas semanas para que se haya producido un cambio tan drástico en los precios del petróleo? La respuesta sólo puede ser una: la especulación. Es decir, el mismo motivo que había llevado al petróleo a cotas históricas en los 12 últimos meses, mientras la demanda creció un 1,5% y el precio lo hizo en un 100%.

El movimiento del petróleo no ha ocurrido de forma aislada. En efecto, el precio del petróleo se duplicó desde julio de 2007 a mediados de julio de 2008, pasando de poco más de 70 dólares a más de 140. Paralelamente, el índice bursátil S&P Banking, que recoge la cotización de los mayores bancos estadounidenses, se redujo a la mitad, al pasar de cerca de 450 dólares de hace un año a los 190 de este último mes de julio. Por tanto, se podría afirmar que la evolución del sistema financiero y del mercado de petróleo han seguido tendencias opuestas en este último año: el petróleo se duplicó y los bancos cayeron a la mitad. Es decir, el petróleo ha actuado como refugio para los especuladores durante la crisis financiera. Esta hipótesis justifica que hayan coincidido en el tiempo el inicio de la crisis financiera, el verano pasado, con el injustificado, según los fundamentales de oferta y demanda, aumento de los precios del petróleo y de otras materias primas.

Y es que, en el mercado de futuros, se puede vender lo que no se tiene y comprar lo que no se va a recibir en una temporada. Técnicamente hablando, en el último año los inversores han estado «cortos» en bancos y «largos» en petróleo.

Estar «cortos» en bancos quiere decir que, utilizando el mercado de futuros y opciones, han vendido acciones de los bancos sin ser sus poseedores, esperando que bajara su precio y comprándolas a futuro más baratos. Y al actuar así, y de forma masiva, consiguieron que efectivamente el precio bajase de forma significativa y realizando una sustancial ganancia.

Estar «largos» en petróleo quiere decir comprar en el mercado de futuros y recibir el petróleo cuando éste ya se ha encarecido, obteniendo una ganancia con la operación. El mercado de futuros no está diseñado para estas operaciones especulativas, sino para ofrecer coberturas razonables a los agentes que operan en el mercado. Sin quererlo las autoridades regulatorias habían permitido una «burbuja especulativa» en el mercado de petróleo, la más dañina de las burbujas, porque no crea ni empleo ni riqueza, sino que los destruye, excepto para los países productores y de forma muy transitoria.

El pasado 15 de julio los mercados se dieron la vuelta. Desde entonces, el petróleo ha bajado cerca de un 20% y los bancos han subido por encima de un 35%. La pregunta es: ¿qué pasó el 15 de julio? La respuesta es sencilla, aunque haya pasado desapercibida en España. El pasado 15 de julio la Security Exchange Comission estadounidense, SEC, equivalente a la CNMV española, circuló una regulación temporal que prohibía a los inversores vender acciones de bancos a plazo sin disponer de las acciones, también llamado el «subyacente» en la jerga financiera. La SEC consideraba que estas estrategias de ingeniería financiera y especulación estaban distorsionando el sistema financiero y generando problemas de confianza innecesarios.

El impacto de este sencillo cambio de regulación se dejó notar de inmediato. Todos los inversores que habían vendido acciones de bancos a plazo sin disponer de las mismas se vieron obligados a comprar las acciones, para no cometer una ilegalidad. Esto se tradujo, como se observa en el segundo gráfico, en un aumento inmediato de las cotizaciones de los bancos americanos.

Pero, ¿de dónde sacaron el dinero los inversores para cubrir sus operaciones del mercado de los bancos? De donde lo tenían invertido: del petróleo. En efecto, el 24 de julio el número de contratos de futuros sobre el petróleo en el mercado de Nueva York había descendido al nivel más bajo del último año y medio. Esta venta masiva de petróleo para obtener dinero con el que cubrir las posiciones en los bancos ante la nueva regulación de la SEC provocó que, el mismo día 15 de julio, el barril de petróleo cayera más de 6 dólares, desde los 143 a los 138, caída que continuó a lo largo del mes hasta los 124 dólares.

Además, el pasado 29 de julio, la SEC anunció que mantendría la nueva regulación hasta el 12 de agosto, cuando se había previsto que sólo durase 14 días, y que estudiaba si hacerla definitiva o no a partir de esa fecha. Pues bien, ese mismo 30 de julio el petróleo volvió a experimentar otra caída importante, desde los 126 dólares hasta los 117 actuales.

Los acontecimientos de las últimas semanas han venido a corroborar el carácter especulativo de buena parte de la subida de las materias primas del último año. Resulta reconfortante comprobar que, finalmente, la SEC ha decidido actuar y tomar el mando de la situación. En este escenario, es interesante conocer la decisión definitiva que tome la SEC el próximo 12 de agosto. El pinchazo de la «burbuja petrolífera» puede estar servido.

Foto | intimaj

Javier Navarro

Javier Navarro

Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y diplomado en Empresariales. Dedicado desde hace 15 años a asesorar a emprendedores en la creación de sus empresas, elaborar estudios de viabilidad, modelos de negocio y consultoría estratégica empresarial.

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